La historia de “El topo” como fue castellanizada nos traslada al servicio secreto inglés de los años 70. El fracaso de una
misión de alta importancia en Hungría desencadena un cambio en la cúpula de mando
de los servicios británicos. Uno de los defenestrados es el agente
George Smiley. Cuando Smiley ya se ha hecho a la idea del retiro, le
endosan una misión especial. Hay sospechas de que un “topo” está
infiltrado entre las altas instancias del Servicio y sólo alguien de "afuera" puede descubrirlo. Con ayuda de otros retirados y de algún agente
fiel, Smiley irá recabando información y encajando las piezas que le
lleven al traidor. Por el camino encontrará historias de traición,
ambición y mentiras.
Tomando como referencia una novela de John Le Carré, nos introduce
en una trama de espionaje durante la Guerra Fría de esas que abordan el
lado más oscuro o, si se quiere decir, más humano de todos aquellos que
se dedican al oficio de espía. La forma que elige Alfredson, pausada, elegante, sutil y con el
uso de una fotografía extremadamente gris van a la perfección con los
ambiguos personajes y la historia. Todo el relato está envuelto en
pesimismo, ya sea hacia el mundo o hacia el trabajo de esas
misteriosas personas (espías). Éste es uno de esos films
que siempre han existido en el género de espionaje, pero que no
consiguen atraer a todo el público debido a su dureza realista, además de mostrar
la verdadera labor para nada James Bondiana de esos "funcionarios". El oficio
al que se dedican los personajes del film es oscuro y las personas que
lo ejercen frías. Y este film lo refleja a la perfección, quizás demasiado y se torna algo aburrida para los que pueden espèrar acción.
Lo Interesante: El gran reparto que cumple de manera impecable.
Valoracion: 7/10
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